lunes, 31 de mayo de 2010

El Grand Carrera Pendulum de Tag Heuer: celebrando 150 años con tecnología "magnética"


De las pocas novedades tecnológicas presentes en Baselworld 2010, sin duda la más significativa tiene que ser la del Pendulum de Tag Heuer. El Pendulum es un concepto de vanguardia ya que pretende reinventar el corazón de un reloj mecánico por completo.

Tag Heuer pretende cambiar algo que no ha cambiado en los relojes mecánicos desde que se inventara el escape o regulador suizo de áncora por Huygens alrededor de 1675. La razón de la longevidad de este antiguo escape, es su versatilidad y confiabilidad. No se ha podido idear aún un artilugio mecánico mejor pero tampoco ha sido posible mejorar un desempeño de 1 o 2 s por día de adelanto (en comparación un reloj de cuarzo que logra 0.5 s/día). Este desempeño se debe a que por la naturaleza mecánico elástica del escape, éste no está exento de problemas de isocronismo, es decir, registro de tiempos iguales a pesar de cambios a los que se somete un reloj en el uso normal (posición, temperatura, cantidad de cuerda restante etc.).

Ciertamente ha habido mejoras al escape suizo desde el S. XVIII, pero por lo menos hasta ahora, las mejoras han tenido que ver con los materiales usados en el escape; amagnéticos, resistentes a la deformación mecánica y térmica etc. Estos desarrollos ciertamente no han cambiado el funcionamiento esencial del escape, pero no por eso son despreciables. En algunos casos el desempeño por el uso de materiales nuevos ha sido tan importante, que al inventor de uno de esos materiales le valió el Premio Nobel de Física en 1920 (Charles-Edouard Guillaume), cuando inventó una aleación que hizo que el escape mecánico fuera bastante insensible a cambios de temperatura entre -20°C y +50°C. Aún así, el escape en sí del reloj mecánico no ha cambiado.

Tag Heuer intenta resolver los problemas del escape convencional desechando el componente que los causa, la espiral del volante, para sustituirlo por un conjunto de magnetos que junto con el volante funcionen como un oscilador armónico, que es por definición isócrono. Así, en vez de ser un oscilador mecánico de resorte, el regulador del Pendulum es de hecho un péndulo magnético. No hay espiral que se pegue, se salga de su lugar o se deforme al golpearse el reloj. Ya no es la delicada espiral y sus propiedades elásticas las que determinan la regularidad del paso del reloj, ahora los imanes permanentes en el escape regulan la oscilación del volante. El reloj oscila a las nada despreciables 43,200 alternancias por hora, o 6 Hz, el doble que la mayoría de los relojes mecánicos modernos. Esta velocidad junto con la eliminación de problemas elásticos, de masa y de fricción al prescindir de la espiral, hacen muy prometedora esta tecnología. Según Tag Heuer el artilugio completo forma un oscilador armónico en sí, muy resistente a las perturbaciones mecánicas externas.

Y sin embargo...

Nada se obtiene en la naturaleza sin pagarlo de una u otra forma. Este escape magnético no es la excepción y tiene un talón de Aquiles: el magnetismo de sus imanes depende de la temperatura; algo nada deseable para un reloj mecánico. El Pendulum evita muchos de los problemas del escape convencional, pero al ser sus imanes permanentes susceptibles a la temperatura, esta tecnología aún no es práctica para su uso en relojería.

Tag Heuer ciertamente ha invertido bastante en el Pendulum y obviamente cree en el futuro de la tecnología como para presentarla en Baselworld 2010. Será interesante ver cómo la desarrolla o si finalmente este reloj concepto llega a materializarse en algo comercial. Y es que el problema de imanes que no varíen su magnetismo con la temperatura no es nada trivial. Quién sabe... Tal vez se requiera otro Nobel para resolverlo. Ya veremos.

A continuación un diagrama del escape del Pendulum así como un video explicativo sobre el Grand Carrera Pendulum.


jueves, 20 de mayo de 2010

Anatomía de un reloj mecánico (video)

La siguiente es una introducción muy simple a la anatomía de un reloj mecánico. El video muestra un movimiento de reloj ETA 2892 sin el sistema del rotor del automático. Esta máquina es muy usada en los relojes mecánicos de calidad modernos por su precisión y confiabilidad. El propósito del video es hacer una introducción gráfica a la anatomía de un reloj mecánico mientras está funcionando, sin incurrir en largos y aburridos glosarios. Recomiendo ampliamente verlo a resolución completa (doble click) para apreciar mejor el movimiento.

Disfrútenlo...


Si después de esta introducción alguien quiere ver este movimiento desarmado y explicado, permítanme sugerir la siguiente liga.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Efecto de la posición en la marcha de un reloj mecánico

Es bien sabido que la marcha de un reloj mecánico es afectada por la gravedad. Esto provoca que el reloj pueda variar su paso debido al movimiento de la muñeca del usuario a menos que se tomen medidas al respecto. Si el reloj no está bien ajustado en al menos 5 posiciones, probablemente se comportará de manera distinta dependiendo de la actividad diaria del dueño. Los mejores relojes están ajustados de manera que el efecto de la gravedad se vea compensado o disminuido, resultando en relojes muy confiables independientemente de la actividad del portador del mismo.

El ajuste en posiciones se describe con detalle en otro lado del blog, pero aquí se presenta un video que ilustra lo que significa el cambio de posición de un reloj así como las posiciones en las que se prueban los relojes mecánicos. Esto se hace con ayuda de un cronocomparador que permite observar directamente los efectos de variar la posición de un reloj, sobre los parámetros de funcionamiento del mismo.


sábado, 15 de mayo de 2010

Tag Heuer Calibre S Cronógrafo: vistosa tecnología de punta pero...


El diseño de Fórmula 1, junto con el bisel tipo buceo, el tamaño y la construcción en acero fino de este cronógrafo, hacen del Tag Heuer Calibre S, un reloj de apariencia masculina y deportiva. Cuenta además con la precisa e innovadora tecnología del mencionado calibre de cuarzo, reciente innovación de la afamada casa suiza.

El calibre S es usado en algunas de las nuevas colecciones de Tag Heuer. Este modelo en particular es un cronógrafo con precisión de hasta 1/100 de segundo y que como los demás modelos del calibre S, tienen una forma original y muy legible de presentar los tiempos cronometrados.

El reloj tiene dos modos que se alternan al pulsar suavemente la corona del reloj. Uno muestra la hora de manera tradicional con 3 manecillas además de la fecha usando los dos semicírculos inferiores que indican cada uno un dígito de la fecha. En el modo cronógrafo, las 3 manecillas centrales se van a la posición de las 12 y las de los semicírculos inferiores, a cero. El reloj se opera entonces como un cronógrafo normal de dos pulsadores, con la diferencia de que la aguja de los minutos salta un minuto cada vez que la de los segundos da una vuelta completa y la de las horas permanece en la posición de las doce hasta que ha transcurrido la primera hora. Y así sucesivamente. Las fracciones de segundo se leen directamente en las pequeñas agujas inferiores al detener el cronógrafo, los décimos de segundo en la izquierda y los centésimos en la derecha. Si se necesita ver la hora mientras opera el cronógrafo se puede hacer sin dificultad pulsando la corona sin afectar la operación del cronógrafo al cual siempre se puede volver pulsando nuevamente la corona.

Este sistema hace que el cronógrafo sea muy claro y sencillo de leer, ya que la lectura se hace en las grandes manecillas centrales del reloj y no en manecillas pequeñas de diales minúsculos que frecuentemente son obstruidos por las manecillas mismas del reloj. Es también todo un placer ver la danza de las manecillas al cambiar de un modo a otro, debido a los rápidos motores bidireccionales que mueven las 5 manecillas. Por otro lado, el sistema permite ajustar día, hora mes y año en el modo de hora, con lo que el reloj es un calendario perpetuo hasta el 2099 que no necesita ajuste más que cuando deba sustituirse la batería.

En este modelo Fórmula Uno del Calibre S, la combinación de negro y la forma de las manecillas hace muy legible el reloj de día. El diseño de instrumento de automóvil de fórmula uno también es muy agradable. El bisel negro unidireccional de buceo está bien construido y se siente sólido a lo largo de todo su recorrido, además de tener un acabado atractivo.

El reloj es en general un placer para usar y espectacular de operar. Tengo sin embargo un par de objeciones para este Tag Heuer. En primer lugar la iluminación nocturna. Entiendo que los autos de fórmula uno no tengan luces frontales porque las carreras son de día, pero hasta los pilotos de carreras tienen que ver su reloj de noche... La iluminación es azulada y poco luminosa. Pierde demasiado rápido su intensidad y junto con el diseño de aplicación de la misma lo hace inútil para una situación nocturna sin iluminación externa. La otra objeción es que las agujas centrales tienen demasiado juego y en particular el segundero no coincide exactamente con las marcas de la carátula durante su avance, lo cual es absurdo en un reloj que se supone preciso hasta una centésima de segundo. Por otro lado la aguja minutera tiene juego y apunta a una marca u otra dependiendo de la posición de la muñeca. También inaceptable.

Otro detalle de este reloj que podría ser irritante para algunos usuarios, es que a menos que se use muy ajustado, la corona tiende a presionarse sola contra el dorso de la mano durante es uso normal, lo cual cambia entre los modos de cronógrafo y tiempo sin que uno lo haya comandado.

A continuación un resumen de las características del reloj:
  • Movimiento calibre S electromecánico
  • Despliegue de tiempo y cronógrafo usando las agujas centrales
  • Precisión de 1/100 de segundo con función adicional de tiempos parciales
  • Calendario perpetuo retrógrado
  • Agujas y marcas luminiscentes
  • Caja de acero cepillado de 44 mm
  • Bisel rotatorio tipo buceo resistente a raspaduras recubierto de carburo de titanio
  • Cristal de zafiro plano resistente a rayones
  • Especificación de resistencia al agua hasta 200 m
  • Brazalete metálico con extensión para buceo (existe versión con correa de caucho).
En resumen, un buen reloj deportivo para usar de día, muy vistoso y de acabados excelentes. Tecnología de punta con los micromotores bidireccionales que propulsan las manecillas. Lástima que esta calidad no la llevó Tag también hasta el ajuste preciso de las manecillas y el iluminado nocturno del reloj.

Finalmente una toma fotográfica en la muñeca para dar una idea de la pinta del reloj ya puesto:

martes, 11 de mayo de 2010

El calibre ETA 2892: confiable y fino caballo de batalla mecánico


INTRODUCCIÓN
Nada mejor para apreciar un reloj mecánico, su complicación, belleza intrínseca y por qué no, su costo, que analizar las entrañas de uno. A continuación hago esto con el más exitoso calibre de ETA y que se usa en los relojes de alto perfil de muchas marcas. Para los que recién se inician en el conocimiento de la relojería mecánica, les recomiendo que antes de leer esta disección vean el pequeño video de la anatomía gráfica de un reloj mecánico que aparece en el índice de los temas técnicos de la columna derecha de este blog.

HISTORIA Y DESCRIPCIÓN
El movimiento ETA 2892.A2, la última versión del calibre 2892, es un diseño que data de 1983. El diseño original de los 1970´s se basaba en un muy buen calibre de Eterna, el 1466U, que a su vez es de los años 1950´s. Durante todo este tiempo el ETA2892 ha demostrado su solidez, durabilidad y en su versión más elaborada, una precisión que no envidia a ningún movimiento. En general los ingenieros de relojería ven al 2892 como un calibre de la misma calidad y categoría de desempeño que los de manufactura. Incluso la casa de Schaffhausen (IWC), famosa por sus finísimos y precisos movimientos de manufactura propia, ha usado al ETA 2892 como base para algunos de sus modelos más populares como el Portofino o el Mark XV y XVI. El 2892 está equipado con las partes más finas que ETA produce y es un calibre automatico de 21 joyas, disponible en tres ejecuciones o grados: Elaboré, Top y Chronomètre. Los componentes clave que distinguen a un Top de un Elaboré o un Chronomètre, son las paletas del áncora, el volante, la espiral y el mecanismo regulador o registro. En el caso de los dos grados más finos (Top y Chronomètre), son los materiales y la especificación de acabado funcional (un buen acabado reduce la fricción) lo que produce un mejor desempeño y confiabilidad del calibre.

En particular, el volante está hecho de níquel en el caso del Elaboré. En el caso de los grados Top y Chronomètre, el material usado en este calibre es el Glucydur, una aleación de berilio, hierro y cobre. Para la espiral del volante, ETA usa Nivarox II para el Elaboré y Nivarox Anachron en los otros dos grados. El Nivarox es una aleación de hierro níquel y cromo principalmente, con pequeñas cantidades de titanio y berilio. De las variedades de Nivarox la más fina es la conocida como Anachron. La razón de usar estas aleaciones para los volantes, espirales y hasta para algunas ruedas del tren de rodaje, es que tienen una combinación de propiedades útiles en la maquinaria de los relojes: son relativamente amagnéticas, muy durables, conservan su forma y tamaño en un rango de temperaturas bastante amplio (-10 ˚C a +40 ˚C) además de ser resistentes al óxido.

Para ilustrar las diferencias en exactitud que cada grado puede ofrecer, basta con observar las especificaciones de cada uno. El grado Elaboré es susceptible de ajustar en 4 posiciones con promedio entre ellas de +/-5 segundos (s) al día con una variación máxima diaria de +/-20 s por día. El grado Top debe poderse ajustar en 5 posiciones con una variación promedio de +/-4 s por día y con una variación máxima diaria de +/-15 s. Al grado Chronomètre se le pide además pasar las pruebas de COSC, que es una cuestión, en esencia, de ajuste.

El movimiento es relativamente pequeño y muy popular entre los fabricantes de relojes debido a su perfil muy delgado de únicamente 3.6 mm a pesar de ser un calibre automático. Por otro lado también dispone de una reserva de marcha fuerte y de torque relativamente constante que lo ha hecho un favorito para añadirle un sinnúmero de complicaciones (que consumen parte de la energía potencial almacenada en la espiral de la cuerda) como cronógrafos, fechadores perpetuos, fases lunares etc.

Desde su propia concepción, el calibre fue diseñado para ser automático, lo que significa que el sistema de remonte automático de la cuerda está integrado y no añadido como un módulo aparte. La ventaja de esto es que el calibre resultante es muy delgado. Las dimensiones del ETA2892 son de 26.2 mm de diámetro y 3.6 mm de grosor. La frecuencia de oscilación es de 4 Hz, o lo que es equivalente, 28,800 alternancias por hora (aph). Esto lo convierte en un calibre de los denominados rápidos. Como comparación, los relojes de bolsillo del siglo XX oscilaban a 18,000 aph. La reserva de marcha es de aproximadamente 42 horas y cuenta con 21 rubíes o joyas para sustentar con el mínimo de fricción los ejes de las múltiples ruedas del calibre. Cuenta también con un regulador de marcha fino, sistema de protección al impacto incabloc y paro de segundero para facilitar la sincronización con una referencia horaria.

DISECCIÓN Y ANÁLISIS TÉCNICO DEL CALIBRE
Iniciamos el análisis y disección del 2892 usando un 2892-2 de un reloj Hamilton. Comienzo mostrándolo después de removerse de la caja del reloj y la disección proseguirá hasta que no queden más que la platina y las demás piezas sueltas. En el camino comentaré las particularidades que hacen este calibre tan bueno así como sus debilidades.

La primera imagen muestra el calibre por detrás de la carátula y puede verse el rotor del sistema automático. El eje del rotor "semicircular"es bastante ancho y por lo tanto robusto, lo cual es una protección antichoques bastante eficiente para el sistema automático. Puede notarse que el rotor gira sobre un microbalero metálico.


Apreciamos a continuación la máquina sin el rotor ni el puente que lo sostiene. Este es un movimiento grado Elaboré, nótese la austeridad en el acabado de los puentes y platina que no tienen los terminados que caracterizan a los grados Top y Chronomètre . Un poco más abajo veremos la apariencia estos acabados.


Obsérvese el tren de rodaje completo que transmite la potencia desde el cubo o barrilete que contiene la cuerda y que es el cilindro grande visible en la parte superior del calibre. Desde el cubo, abajo a la izquierda puede verse la rueda central (aunque no está en el centro del movimiento). Luego abajo a la derecha le sigue la rueda primera o minutera y un poco más abajo se aprecia la rueda segunda o segundera, que está en el centro del calibre y cuenta con un vástago (no visible en la imagen) que atraviesa hasta el otro lado del movimiento y acciona la manecilla segundera del reloj. Finalmente abajo a la izquierda está la rueda de escape y que conecta la rueda segundera con el áncora y el volante que regula el reloj.

Veamos ahora el puente que sostiene al rotor y que quitamos de encima del movimiento para ver el rodaje. En la imagen el rotor está boca abajo y se ve sobre él el puente que lo une al calibre. Si se analizan esta imagen y la anterior junta se verá que el mencionado puente encaja dentro del movimiento, lo cual ahorra espacio y es en gran parte los que hace del ETA 2892 un calibre muy delgado.

Retirando los tornillos del puente y del rotor podemos estudiar ahora el mecanismo interno del sistema automático. El secreto del mismo son dos dobles ruedas (la 3a y la 4a de izq. a der.) que están diseñadas de tal manera que sin importar en qué dirección gire el rotor, la rueda que se conecta (la 1a de la izq.) con el cubo de la cuerda, siempre gira en una sola dirección, como lo requiere la cuerda por supuesto.

Del otro lado del movimiento, del lado de la carátula, encontramos la minutería o transmisión que mediante ruedas de engrane adecuadas convierte el movimiento del tren de rodaje del otro lado en la indicación de horas, minutos, segundos y fecha que ofrece este calibre.


Al centro, en color cobre encontramos el cañón de horas que naturalmente va conectado a la manecilla de las horas y concéntrico a éste el cañón de minutos (en plateado) así como el vástago que se une a la manecilla segundera (también en plateado). A la izquierda y arriba del cañón de horas se ve un engrane plateado intermedio a un engrane oro y plata con un apéndice dorado que gira una vez cada 24 horas y que produce el cambio de fecha al llegar la media noche. Opuesto a este sistema en la parte inferior derecha desde el cañón de horas, se puede apreciar un conjunto de pequeños engranes que culminan en uno plateado con un par de salientes que al girar la vara o vástago en la posición correcta, impulsa el disco numérico de la fecha un día a la vez para un ajuste rápido.

Al quitarse las placas que sostienen los engranes y el disco numérico puede verse la platina desnuda del lado de la carátula. Nótense también las joyas del sistema Incabloc antichoques (piedra rosada en la posición de las 12) así como los engranes la vara o tija y los muelles, que constituyen la transmisión desde la vara hacia cuerda y hacia la minutería para el cambio manual de hora y fecha.


Regresando al otro lado del movimiento tenemos abajo una imagen del 2892 ahora sin el volante ni su puente. Se ve claramente ahora el áncora con el puente que lo sostiene. Para esta imagen se usó un ETA 2892 de grado Top sacado de un reloj Bulgari, para dar una idea de las diferencias en los acabados respecto al primer movimiento en que mostramos el típico grado Elaboré.


Retiramos a continuación el puente del áncora y el áncora. También retiramos el puente que aparece en la parte superior y que descubre el barrilete o tambor de la cuerda, y el puente central que descubre por completo el rodaje. Además de las ruedas centrales, primera y segunda (en el centro), se ve junto a ésta última la rueda de escape, fácilmente discernible por sus largos dientes triangulares.


El puente del barrilete con sus componentes aparece boca abajo en la imagen siguiente. El orificio en el centro corresponde al eje del engrane dorado que se queda sobre el barrilete (ver imagen anterior arriba).


Al quitar la pequeña tapa metálica del lado izquierdo, el sistema que conecta el barrilete de la cuerda con el automático y con la vara para darle cuerda al reloj, aparece más claro. Los engranes del lado izquierdo se conectan con la vara (nótese el canal para la vara a la izquierda) y permiten darle cuerda al calibre de forma manual, mientras que el engrane del lado derecho se conecta directamente con es sistema de remonte automático.


El muelle que se aprecia tocando los dientes del engrane dorado y la parte superior del engrane plateado más pequeño, funciona como trinquete al atorar el engrane del barrilete para no perder el remonte o cuerda del reloj mientras se carga y también permite accionar la cuerda en una única dirección con un mecanismo muy simple. El eje ovalado del engrane pequeño y plateado, asegura que la vara pueda darle cuerda al calibre en un único sentido.

Al quitar las ruedas del rodaje así como el barrilete, nos queda la platina limpia junto con la vara. Como es común aún en los calibres más caros de manufactura, la platina es de latón recubierta con rodio para propósitos de estética y de protección a la corrosión.


Las piezas del rodaje junto con el áncora aparecen a continuación. De izquierda a derecha, la rueda central, la primera o minutera, la segundera y la rueda de escape. Los engranes se ven dorados ya que están hechos de Glucydur, mientras que los piñones en los ejes de los mismos son de acero. Esto es así porque al estar en contacto un piñón con una rueda dentada de material diferente, tienen menor fricción entre sí que si todo fuera del mismo material. Adicionalmente, la aleación de Glucydur es muy fuerte, poco susceptible a deformarse y resistente a la corrosión.


Hablando del rodaje es interesante que en los relojes de cuarzo, incluso los más finos, estas ruedas son de latón. Ya que el par de torsión sobre las ruedas en estos movimientos de cuarzo es muy bajo, no necesitan ser resistentes como en los relojes mecánicos.

Finalmente, el corazón motor del calibre, el barrilete o cubo. Dentro se encuentra el fleje o espiral de la cuerda que da vida al oscilador del volante para que lata de manera constante. En la imagen a continuación se aprecia la forma de los dientes que fue diseñada (con éxito) para minimizar la fricción al transmitir el torque del muelle real al rodaje.


Finalmente, el muelle real fuera del cubo con su brida que hace las veces de clutch y hace imposible que se le de cuerda de más al reloj ya que el muelle completo se resbalaría dentro del cubo sin causar daño alguno ni al fleje ni al movimiento. El muelle ocupa enrollado el 75% del espacio en el cubo y le permite al calibre funcionar unas 42 horas en total con toda la cuerda dada. Como es común en cualquier movimiento, únicamente la mitad de esas horas es considerada utilizable ya que es cuando el muelle provee de un torque constante.


El ETA 2892 es un calibre con torque más que suficiente y por eso se le usa como punto de partida para diseñar y construir relojes con complicaciones como cronógrafos, GMT, calendarios perpetuos y otros. Abajo se muestra la parte posterior de un Ball GMT. Este usa un movimiento ETA 2893, que no es sino un ETA 2893 con una modificación en el lado de la carátula para impulsar una manecilla extra que gira una vez cada 24 horas.


Las otras variantes del 2892 son el 2894, que se modifica para acoplarse con un módulo de cronógrafo como en los Mile Miglia de Chopard, el 2890 y 2891 que presentan la posibilidad de calendario perpetuo y fases lunares, el 2895 con módulo de visualización de segundero a las seis, el 2896 con gran fechador de doble dígito y finalmente el 2897 que ofrece la presentación de reserva de marcha.

En retrospectiva, el ETA 2892 puede tener una historia cincuentenaria, más no por eso ha dejado de evolucionar para mantenerse actual e impulsar un sinnúmero de complicaciones. En calibres de alto desempeño a precio razonable, el ETA 2892 no tiene comparación. Por más que les pese a algunos fabricantes de calibres de manufactura...

lunes, 3 de mayo de 2010

El Mark XVI de IWC: un hueso duro de roer para los relojes de aviador


El nombre del Mark XVI viene de una de las series más exitosas del famoso avión británco Spitfire de la Segunda Guerra Mundial, el Mark XVI.

Pocas cosas están tan bien diseñadas y construidas como un Mark XVI de IWC (International Watch Co.). Sin pretender un diseño rebuscado, este representante de la casa de Schaffhausen es la saga del Mark XV y del Mark XI, dos de los más célebres relojes de aviador. Su carátula ofrece una apariencia sobria que recuerda los altímetros y velocímetros de las cabinas de aeronaves del siglo XX. Es atractiva pero claramente pensada en ser siempre fácil de leer. Su ascendencia aviadora, obliga al reloj a tener una protección magnética interna y un diseño de caja/vidrio a prueba de descompresiones explosivas. Así que puede soportar no únicamente la vida diaria sino condiciones extremas también. Cuenta con una de las más confiables máquinas suizas automáticas y que late a 28,800 aph (alternancias por hora) o 4 Hz. El acero selectivamente cepillado (apariencia satinada) de su caja de 39 mm en acero quirúrgico 316L, es un marco de la carátula sin extras innecesarios que abraza agradablemente la muñeca y que consiente al tacto. Y no es casualidad, IWC es famosa por pensar en cada detalle en todas sus piezas; cómo se ve, cómo se siente... la emoción que produce. IWC logró en este reloj una pequeña obra de arte.



Si bien es cierto que el ambiente de una cabina aérea está en el ADN de este reloj, es una pieza que va igual con un smoking que con una atuendo de aventura. También posee algunas cualidades interesantes: su calibre mecánico IWC 30110 es muy delgado y ligero pero que en combinación con la caja antimagnética interior de hierro le da un peso perfecto, imposible de ignorar en la muñeca pero que desaparece cuando el brazo necesita hacer algo más que orientar la carátula para orientar al usuario sobre su situación temporal. Por otro lado su tamaño más bien medio para los cánones actuales, no se ve nada pequeño pero, nuevamente, en el momento de usar el brazo se funde con el mismo y uno olvida que está allí.

A principios del siglo Novecento (S. XX) la aviación estaba revolucionando el planeta, empapándonos de un nuevo y excitante nivel de descubrimiento en el mundo y en la tecnología. La nueva forma de viajar trajo muchos nuevos desafíos tecnológicos para los diseñadores de los guardatiempos. Con las altitudes mayores se vinieron una serie de desarrollos nuevos para compensar los efectos de estas nuevas condiciones extremas. Vidrios a prueba de golpes, biseles giratorios, marcas luminiscentes y movimientos antimagnéticos, fueron todos concebidos para responder a las demandas de este nuevo ambiente. Aunque IWC no fue la única marca construyendo relojes especialmente pensados en los pilotos, ciertamente ha contribuido con algunos de los mejores y más innovadores pilotos de aviador a la fecha.

Algunos de estos relojes tipo aviador, son en la actualidad más por moda que por funcionalidad, bastante más grandes que el Mark XVI. Por ejemplo este tipo de relojes de marcas como LACO o Azimuth tienen mínimo 47 mm de diámetro y pueden usarse, literalmente, en una muñeca muy robusta o en el muslo (tal vez hasta en la pared ;)). De hecho los primeros relojes de aviador eran lo suficientemente grandes para usarse así; en el muslo.

Muy bien, por fuera es una obra de arte de simplicidad y buen gusto ¿y por dentro? El calibre 30110 de IWC no es estrictamente de manufactura propia de la casa de Schauffhausen ya que está construido alrededor de los elementos básicos (platina, rodaje fechador y puentes) del calibre automático 2892 de ETA, el gigante suizo de manufactura de movimientos. Pero en realidad no puede tampoco considerarse que el 30110 sea un calibre ETA2892 modificado dada las profunda transformación que IWC opera en el calibre ETA. El tren de rodaje completo, el escape (áncora, volante y espiral) y el muelle de la cuerda son todos sustituidos por componentes con las especificaciones y tolerancias mucho más estrictas de IWC para posteriormente ajustar cada reloj terminado uno por uno en al menos 5 posiciones y temperatura (lo que es costoso). El resultado es admirable como se aprecia en la siguiente tabla de desempeño en posiciones del Mark XVI y que rebasa fácilmente los exigidos por el certificado de cronómetro COSC, como casi todas las máquinas de IWC.


Los ajustes en posiciones son inmejorables y se conservan intactos, tras 12 h, lo que sanciona la isocronía sin defecto del movimiento 30110. La diferencia entre las amplitudes en las posiciones verticales y las horizontales son homogéneas y adecuadas (menos de 30º) y únicamente el ajuste del escape (beat) en la posición de corona arriba, la menos importante del ajuste, está en el límite de lo considerado "perfecto" para un movimiento mecánico. En un movimiento tan bien ajustado como éste, es de esperar que en el uso cotidiano del reloj el adelanto diario coincida con los valores del ajuste mencionado, que están en este caso entre +1 y +2 s/día. Así sucede en realidad. Estos parámetros fueron tomados una año después de que este reloj ha estado continuamente funcionando.

El tipo de letra y su tamaño en la esfera o carátula son ideales y pensados 100% en legibilidad. Incluso vistas bajo un gran aumento, la aplicación de los numerales y marcas, luminosas o no, lucen perfectas. El negro del fondo, ayudado por el cristal antireflejante, hace un contraste excelente perfectamente legible en casi todos los angulos de observación. Finalmente, el fechador numérico discreto de numerales blancos sobre fondo negro a las 3, conservan la agradable simetría del conjunto indicador al no distraer la mirada al leer las agujas.

La correa de piel original con la que viene el reloj es de la más alta calidad y muy cómoda de usar excepto en el verano de los trópicos, en cuyo caso es mejor usar un remplazo de caucho o el nylon de las correas tipo militar que tan bien le quedan a este tipo de relojes. Otra opción es el brazalete original de acero que ofrece IWC, que además de muy costoso es demasiado conservador para mi gusto. En la siguiente foto se aprecia una foto del Mark XVI en el brazo junto con un U-Boat de 42 mm para dar una idea del tamaño aparente así como de la pinta del Mark XVI en una cinta de nylon tipo militar.

...Y un par del IWC solito en la muñeca para dar una idea de su apariencia puesto con el cuero original vs. el nylon.


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La carátula, legible y bien diseñada, también la pensó bien la gente de Schaffhausen para la noche (ver imagen a la izquierda). Un triángulo en la posición de las 12 y marcas lineales iguales a las 3, 6 y 9, hacen junto con las manecillas de hélice un conjunto fácil de leer en la noche, a pesar de lo que podría parecer en una primera impresión. Después de usar el reloj unas pocas noches, el adivinar el minuto exacto indicado no presenta ninguna dificultad aún con sólo cuatro marcas en el dial. Lo que sí me sorprende un poco de la iluminación de Superluminova aplicada en la carátula, en especial en un reloj de aviador, es que siendo totalmente efectiva en la oscuridad total durante muchas horas, ya en la cabina no es tan legible ya que no hay realmente oscuridad total dentro de ella en los vuelos nocturnos, cosa que se corregiría fácilmente aplicando una densidad mayor del superluminova como lo hace Rolex en sus relojes de buceo, Chopard y hasta Citizen. Todos estos últimos aplican el mismo material fosforescente a sus carátulas pero en cantidad suficiente para producir el efecto deseado. Dicho sea de paso, la imagen de arriba muestra el iluminado del reloj en tono azulado, cuando el ojo lo percibe verdoso, producto sin duda de la diferente sensibilidad nocturna del ojo humano respecto a la cámara fotográfica con que se tomó esta imagen.

También me parece que la selección del acero de la caja, el 316L sin recubrimiento, es muy buena para propósitos estéticos y de experiencia táctil, en especial por el acabado cepillado de la caja. Sin embargo este acero es muy suave para el trabajo rudo y se daña fácilmente al golpearlo inadvertidamente, cosa que en una cabina de vuelo sucede con mucha frecuencia. No es un gran problema porque el acero de este tipo siempre puede pulirse y cepillarse de nuevo y porque si se usa como un reloj normal y no en espacios confinados con mucha actividad como una cabina de avión, no es muy probable dañarlo. Pero, de nuevo, si el reloj es comercializado como de aviador, debería considerar esto como lo hacen en sus correspondientes relojes casas como Sinn o Damasko, que recubren o tratan el acero de manera que sea muy resistente al maltrato mecánico.


La protección magnética del Mark XVI es seria y supera el estándar de 4,800 A/m que se requiere para poder marcar un reloj como antimagnético, pero no me ha sido posible verificar hasta el momento el valor exacto de protección. IWC implica en su catálogo 2010 que es como en los modelos Ingenieur, de 80,000 A/m. En cualquier caso, la protección magnética consiste en que la caja del reloj contiene otra caja interna de hierro dulce que a su vez contiene el mecanismo o movimiento del reloj. La imagen superior (imagen de IWC) es un diagrama que muestra la protección de hierro dulce en azul. Nótese que la parte inferior o interna de la carátula es también de este material. Adicionalmente, partes críticas como el volante y la espiral están hechas de materiales con propiedades amagnéticas.

La protección a los golpes es estándar y está compuesta por la estructura de la caja misma más el sistema incabloc que protege el volante (ver más detalles en la disección del ETA 2892). En cuanto a protección contra los elementos, el reloj cumple con la norma para declararlo resistente al agua hasta 6 bars o 60 m de agua.

Siendo un reloj de aviación, podría pensarse que el Mark XVI satisface todas las necesidades de un piloto en la cabina, pero en realidad con este reloj como con todos los ligados a la aeronáutica, deben considerarse más bien (al menos yo así lo hago) como relojes inspirados en la aviación y su historia que en el instrumento ideal de más de 3,000 USD que todo piloto debería tener. De hecho, no hay tal cosa como un reloj aeronáutico que satisfaga todas las necesidades de "el piloto". Es en realidad una cuestión de preferencias personales; habrá quienes los querrán con función de doble huso horario para registrar la hora Zulu, así mismo otros pilotos los preferirán como yo con cronómetro para cronometrar los sistemas de deshielo o simples, hermosos y legibles como éste que nos indique la hora del almuerzo después del vuelo. Como todo en alta relojería, es en realidad un asunto de lo que provoque una respuesta apasionada del poseedor... Piloto o no.

IMPRESIONES FINALES
La mejor manera que encuentro para describir el Mark XVI es la siguiente: me he deslumbrado con bellezas de buceo, cronógrafos y hasta complicaciones exóticas de bastantes marcas, en algunos casos tanto como para lucirlos en la muñeca con orgullo. Pero al final el Mark XVI termina regresando al brazo porque no pierde el lustre de provocar pasión el usarlo. Y no es perfecto para nada. Supongo que la honestidad de su diseño cómodo, simple y claro, nunca pierde esa belleza que alimenta la lealtad. Igual se luce en el día a día que en ocasiones especiales. Está preparado para esa aventura personal, en aire, tierra y un poquito en agua. O para la calma que le sigue...