Mi primer amor fue la idea del vuelo... Pero la chica de mis sueños fue la astronomía. De ambas me enamoré a través de la luna, la cual por cierto aún la presento como lo más hermoso del mundo a mis dos retoños, mis amores definitivos. Como todo en la vida, mi apego hacia la astronomía se convirtió en atracción por la Física y en esa ciencia me doctoré. Al mismo tiempo cultivé la aviación y el buceo como hobbies (me hice instructor de ambas) y ya trabajando como físico aplicado en la industria me hice de una pequeña avioneta personal en la que gustaba de "pueblear" por el continente americano. Después de unos 15 años trabajando en investigación y desarrollo las circunstancias y mi negativa de dejar la capitanía por el almirantazgo (administración en otras palabras) me llevaron a convertir una afición en profesión. Así me convertí en piloto profesional de aerolínea, aunque sigo haciendo consultoría en el área de física industrial. Los hobbies cambiaron hacia el área de la bicicleta de montaña y la relojería.
Pero físico al fin, mi visión del mundo siempre fue, es y será la de uno, así sea volando en medio de una tormenta horrible y con una tonelada de hielo en las alas (¿cómo salgo de esto?) o al contemplar mi reloj mecánico (¿cómo puede realmente comportarse como un oscilador armónico?). Cerrando un círculo, al menos así lo sentí, inicié mi preparación en el arte-ciencia de la relojería mecánica. Hoy doy servicio y reparo mi propia colección de relojes mecánicos así como relojes de bolsillo de 100 años de antigüedad que disfruto regalar.
¡Ah si! También disfruto escribir... Ergo, he aquí este blog de haute horlogerie, ciencia y vida.
ESPACIOTIEMPO... soy.